Prólogo o capítulo introductorio
Cuando un lector quiere comprarse un libro normalmente lee la primera página. Es difícil atraer con un primer capítulo, describiendo un lugar o presentando al personaje. Pero, ¿y si creamos un prólogo misterioso? ¿Que deje al lector con la intriga y tenga que comprarlo? Al igual que con los clientes, con las editoriales tenemos que provocar el mismo efecto: hacer que el empleado de la editorial siga leyendo nuestro libro y no lo tire cuando lea los primeros párrafos.
Una escena oscura, con personajes misteriosos, que hablen de algún misterio que se resolverá en las próximas páginas... Y luego, comienza la verdadera historia con el primer capítulo, ya con el lector lleno de intriga.
Metáforas
Para enriquecer el comienzo de tu historia puedes escribir metáforas que se te ocurran y que creas que son atractivas. Puede ser una buena forma de demostrarle al que esté leyendo tu obra que sabes expresarte con maestría.
No dejes lo mejor para el final
Aunque el final es la parte más emocionante de la novela, el principio no debe quedarse atrás. Como he dicho en el primer punto, crea misterios o problemas que tengan que resolverse en un futuro para que las primeras páginas no sean aburridas.
Y tú, ¿qué consejos nos darías?
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